Contigo… al fin del mundo

Aunque la fiesta litúrgica de Santa Cándida María de Jesús es el 9 de agosto, la fecha del 31 de mayo ha estado ligada siempre a la celebración en los colegios de Jesuitinas. Junto con la cercanía del final del curso y el recuerdo agradecido por todo lo vivido en los últimos meses, celebramos en ella el nacimiento de la Madre Cándida.

Fue el 31 de mayo de 1845, en el caserío de Berrospe en la villa de Andoain (Guipúzcoa). En el seno de una familia humilde nacía Juana Josefa, Juanitatxo en su niñez y conocida posteriormente por su nombre religioso: Cándida María de Jesús. Desde bien niña va a trabajar para ayudar en casa, y lo hace como sirvienta en casa de una familia acomodada. Pero pronto siente una clara vocación: «Yo solo para Dios», que la lleva a dedicar su vida a ayudar a los más necesitados.

Es ya en Valladolid, años más tarde, cuando esta llamada se concreta. Tras conocer al jesuita Miguel Herranz, siente delante del altar del Rosarillo, que Dios la llama para fundar una congregación dedicada a la educación de la niñez y de la juventud.

Será el 8 de diciembre de 1871 cuando se materializa esa inspiración. Ese día, en Salamanca, acompañada por otras cinco mujeres, funda la congregación de las Hijas de Jesús. Sin formación académica y habiendo aprendido a leer y escribir en los años anteriores, pero con una gran intuición y la plena confianza puesta en Dios, el sueño de fundar los primeros colegios se hace realidad, un sueño que no deja de crecer y que actualmente está presente en 17 países del mundo.

Por eso, cada 31 de mayo en todos los colegios de Jesuitinas es día de fiesta: recordamos y celebramos junto a las Hijas de Jesús el nacimiento de la Madre Cándida, una mujer con una gran intuición educativa.

«Al fin del mundo iría…

…yo en busca de almas» es una de las frases más conocidas de la Madre Cándida. Es la frase escogida para acompañarnos durante el mes de junio dentro del proyecto «12 meses, 12 experiencias». Con él estamos profundizando en los rasgos carismáticos de la Madre Cándida en este año jubilar en el que celebramos el 150 aniversario de la fundación de la congregación de las Hijas de Jesús. Es una frase que nos invita a ahondar en su disponibilidad.

En Jesuitinas educamos a nuestro alumnado también en este rasgo. Ofreciéndoles una educación integral, deseamos que lleguen a ser miembros útiles en la sociedad, disponibles para ayudar a hacer un mundo mejor allá donde se encuentren.

Esta fecha se celebra de maneras diferentes y con tradiciones locales en cada uno de nuestros colegios. Pero en todos ellos se vive lo mismo: la mirada agradecida por todo lo vivido a lo largo del curso escolar y el recuerdo de la Madre Cándida en el día de su cumpleaños.

Por eso, en torno a la Madre Cándida y con el deseo de junto a ella ir también al fin del mundo, nos unimos este año en la celebración del 31 de mayo pasándonos un globo terráqueo. En él está representado nuestro empeño de abrir a nuestro alumnado a la realidad del mundo en el que vive, una realidad con la que comprometerse.